Rol de víctima

Hablemos sobre el rol de víctima. Que rol estás asumiendo cuando enfrentas pruebas y adversidades? El rol de víctima es cuando siempre buscamos a quien culpar, buscamos a quien hacer responsables de cómo nos sentimos, estas personas terminan siendo los que nos han hecho daño. Jesús tenía todas la elementos para sentirse víctima, sin embargo, nunca se reflejó como una víctima. El hombre que cargó con todo el peso de las fallas y faltas de todo el mundo, mostraba el control de sus emociones. Jesús siempre demostró ser valiente y esforzado a lo contrario de ser víctima. Impulsaba a sus seguidores a no ser víctima tampoco.

A quienes eran considerados como marginados, despreciados y víctimas de la sociedad fue precisamente a quienes Dios escogió y revolucionó. Jesús levantó a los caídos. Te invito a que si estás asumiendo el rol de víctima, hoy decidas soltarlo. Hoy Jesús de Nazaret te dice: “Levántate y camina” sal afuera y ve por lo que tú quieres.  Las personas que han asumido el rol de víctimas se han transformado en espectadores de su propia vida, en vez de ser protagonistas. Tú decides la vida que quieres vivir. Dios te dice: Levántate y camina.

Hablemos de que es lo que lleva a las personas querer ser una víctima:

• Criarse en un ambiente de constante compasión de forma excesiva.
• Ser sobre protegido durante sus primeros años de vida.
• Aprender del papel de víctima de uno de sus padres.
• No superar emocionalmente la etapa de niño.
• No tener control sobre lo que le sucede.

Muchos de los que asumen el papel de víctima en forma constante, son aquellos que fueron víctima de algún tipo de abuso en algún momento de su vida,  casi siempre esto ocurre en la niñez, este abuso fue emocional, físico o sexual. Aunque el tiempo ha pasado estas personas no conocen cómo desempeñar otro rol, no han podido superar el pasado y han quedado atrapados en el papel de víctima. Estas personas dan vueltas y vueltas en su mente y siguen alimentado más el pensamiento de lo que les está sucediendo es una injusticia o una tragedia. Esta batalla mental logra expresarse con otros, y es así como encontramos a personas que solo hablan y cuentas sus penas y dramas personales.

En el rol de víctima incluye: sensaciones de pérdida de control, pasividad, impotencia, desconfianza, pesimismo, auto reproches, culpabilidad y vergüenza hasta llegar al estado depresivo que los mantiene aislados del mundo. Estas personas buscan todo el tiempo compasión, y lástima de otros. Tratan de conseguir que otro validen sus sentimientos y que le reafirmen que es una víctima. Luego suelen manipular a otros , sobre todos sus familiares, todo esto los lleva a la soledad, porque las personas que están a su lado tienden a alejarse.

La buena noticia es que eso puede cambiar. Toma en cuenta de que eres protagonista de tu propia vida . Puedes decidir cómo quieres sentirte, tú permites que te puede afectar y que no. Nadie más tiene el control sobre tu estado interno, tus pensamientos y sentimientos. Tú eres quien tiene el control. Aquí te comparto las palabras del Maestro para no dejarse abatir por la desesperación y el pesimismo:

• Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12)
• …todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y el que llama, se le abrirá” (Mateo 7:8)
• …no se angustien por el mañana, el cual tendrá su propio afán” (Mateo: 6:34)
• Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, porque yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33)
• …ustedes llorarán y se lamentarán por lo que va a sucederme, pero el mundo se alegrará. Ustedes se lamentarán, pero su dolor se convertirá de pronto en una maravillosa alegría”. (Juan 16:20)

Utiliza tu imaginación y tu voluntad para crear una nueva realidad para ti, una realidad llena de maravillas. Toma un lápiz y un papel y comienza a escribir una nueva historia para tu vida.

Como te visualizas en 10 años, que metas quieres alcanzar, que acciones tienes que tomar para alcanzarlo. Se especificó. Cuando hablo de metas, es en general, espiritual, familia, financiera, estilo de vida. Es importante que seas detallista y bien específico. El Señor nos dio la capacidad de obtener la victoria, pero para eso tenemos que trabajar en nuestra mentalidad. Pídele al Señor que renueve tu mente, que te de las fuerzas que necesitas y que te guíe. Dice la Palabra: “todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y el que llama, se le abrirá” (Mateo 7:8) Manos a la obra.

En Mateo 26:37 dice que “Jesús comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera”. Cuando le llegó la hora de morir me atrevo a decir que el Señor experimentó un gran nivel de angustia, estados de ánimo y depresión. Está no era la esencia de Jesús pero fue por lo que estaba viviendo en esos momentos. Jesús vino al mundo como hombre y pudo experimentar todo lo que tú y yo podemos estar experimentando es por eso que somos comprendidos por él. Al hombre que le gustaba rodearse de niños, sanaba enfermos, sentía compasión por los leprosos, dignificó mujeres sin importar su reputación, que era amigo de los publícanos y asistía a fiestas; le tocó llegar al tope de la crisis. El que contagiaba a todos con su forma de ser, carisma, sensibilidad, ternura, amor, demostración de poder y autoridad, le tocó enfrentarse al dolor emocional más terrible. Esta era la parte de la misión por la cual Él debía ser experimentado en todo tipo de quebranto. Jesús estaba viviendo en un ambiente totalmente hostil, y todo iba en su contra . El gran Maestro de Nazaret , al que nunca le interesó ser popular, ni la fama, y que hablaba intensamente hasta saciar la sed del alma, ahora estaba viviendo el momento más triste de su vida. No era para menos: iba a morir por todos los pecados de la humanidad. Puedo imaginar el dolor que debía sentir en esos momentos y me duele también a mi, cada vez que lo recuerdo mi corazón se quebranta y mis lágrimas no se pueden contener.

En los años que Jesús vivió nunca vimos un Jesús negativo, ni derrotado, aun en los momentos de más tensión en su vida, él procuraba mantener la calma, hasta su sueño era tranquilo en medio de la tempestad porque confiaba en Dios, le creía a Dios y podía descansar en Él. Jesús nunca fue una persona depresiva, siempre lo veíamos animado y animando a otros. Aunque él señalaba las áreas en las que debíamos mejorar, sus críticas venían acompañadas con compasión. Nunca vemos a un Jesús resaltando los errores y las faltas de otros. De hecho demasiadas personas estaban en su contra, pero siempre lo vemos firme y dirigido a cumplir su misión.

El Jesús hombre siempre supo lo que iba a enfrentar y fue normal que cuando su muerte y martirio se aproximara se sintiera tan triste y angustiado. Que mucho tenemos que aprender de Él, te invito a que vuelvas a leer este tema detenidamente y que te pongas en el lugar de Jesús por un momento, ¡Tenemos tanto que aprender de Él! Dios nos dio la capacidad de llegar a ese nivel que Jesús llegó de mirar más halla de las dificultades. Vencer las derrotas y no darle tanta importancia a cosas que realmente no la tienen. Así que aprendamos del Maestro que después de los inviernos más fríos pueden surgir las mas bellas primaveras, y que por mas oscura que este la noche es porqué se anuncia el esplendor de un nuevo amanecer.